martes, 1 de febrero de 2011

Delicias del sistema

Ayer comentaba sobre las lecciones de civismo que pretenden dar algunos políticos que padecen urticaria ante la presencia en su territorio de personas (humanas) procedentes de otras tierras; ergo no "españoles"
He aquí que ya sabemos-ya saben-a qué me refiero cuando hablo de la Tierra Media: esa península preciosa que se ubica entre África y Europa.
Debo aclarar que más que al Este, ayer omití precisar que hablaba del N.E. de dicha península. A la región del N.E, se le atribuyó durante mucho tiempo el enaltecido slogan de "Puerta de Europa"
Nunca estuve muy de acuerdo con el calificativo así como tampoco me ha gustado que se repitiera la frase "África comienza a partir de los Pirineos".
Era como despreciar a tan magno continente que su propia cultura tiene más allá de los civismos coloniales que pretendieron en otros tiempos inculcar los cuasi imperios europeos.
Pero bueno, dejadas ya aclaradas las cuestiones limítrofes, me pregunto por dónde comenzar si debo escribir sobre delicias del sistema.
¿Por dónde comenzar? titulaba un capítulo de su Grado 0 de la escritura, el crítico literario Roland Barthes.
Es tan alocado el abanico de opiniones, normas, reglas y leyes que están saliendo de boca de todos al mismo tiempo que, en realidad, podría dedicar otro blog a tal contubernio.
Pero siguiendo el hilo de las pensiones, podría hoy comentar una ocurrente idea que propondrá el Ministro de Trabajo el jueves en la cumbre hispano-germana.
Huelga escribir aquí la vergüenza ajena que siento al imaginar la cara de la señora que manda en Alemania cuando este señor le conteste a la propuesta de ella de contratar jóvenes españoles cualificados para trabajar en suelo germano.
Pues nada más y nada menos ha soslayado el señor del mundo laboral que esos jóvenes deben firmar un contrato con compromiso de retorno!!!!!!!!!!
Como si de tráfico de esclavos se tratara, por favor, por favor, por favor.
Además de la libre circulación de trabajadores por las europas, este señor debería aceitar su engranaje neuronal y darse cuenta que no es quién para decirle a nadie dónde debe vivir.
Delicioso, Glup!
Si la señora merkeliana no pretenderá llevar sangre joven para que luego
circule, no. Es para que arraiguen y dejen siembra. Si necesitan juventud y talento.
Pero bueno, aunque no fuera así, repito, el ministro de trabajo está muy desacertado y desorientado. Mucho.
Otro glup de delicia.
Feliz reflexión.
Bon apetit.

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