lunes, 21 de febrero de 2011

Muerte al Aerosol

Es una verdadera pena tener que escribir después del comentario sobre Uribe.
Pero el blog continúa; así que ese artículo estará un poco más abajo.

Como es lunes y regalo un segundo cuento, voy a ser muy breve y demasiado cotidiana.

La pregunta es -otra vez con el cigarrito estamos- ¿por qué nos machacan con el humo del tabaco solamente?

SOLAMENTE: es importante que quede claro que cuando me refiero a la polémica ley no estoy defendiendo el hábito de fumar porque cada cual hace lo que se le da la gana; que para eso está la vida, para hacer lo que deseemos siempre que no sea dañar la vida de los demás.
El desatino viene por el hecho de que solo y solo se ataca el humo del cigarro.
Hoy casi me mandan al hospital por rociar con ambientador todas las plantas del edificio (plantas son 1º, 2º, 3º, etc.)
Estando yo en mi propia casa, aspiré tal aureola hasta el punto de ahogarme sin más. Toda la tarde estuve con el pecho cerrado gracias a la señorita que hizo su faena y para que no la olvidásemos, dejó el impregnante recuerdo de su esfuerzo. Si los suelos ya estaban limpios, no había necesidad de tapar ningún olor con esos benditos aerosoles.

¿Por qué no están prohibidos?

Este comentario puede resultar de lo más banal pero si hay que comprar coches que no contaminen como los de ahora, si hay que dejar de fumar en espacios cerrados, si hay que, si hay que, si hay que...entonces los responsables de la sanidad deberían decir que no se debe contaminar los ambientes y los pulmones de todo bicho viviente con ese puf del demonio.

¿Cuántos siglos más tendrán que aguantarnos los planetas vecinos hasta que aprendamos a ser razonables y/o criteriosos y/o?

O ¿cuántas veces tendré que gastar en vano este blog para escribir sobre hiper obviedades?


Lunes otra vez. Que aproveche.

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