viernes, 11 de febrero de 2011

¿Pensamiento erosionado?

Hace unas semanas atrás leí Babelia, el suplemento cultural de El País.
Hacía 2 días que había creado este blog. Así que les hablo del sábado 29 de enero. La portada titulaba El efecto internet. Pero lo que más me llamó la atención fue la entrevista a Nicholas Carr quien en su libro Superficiales afirma y advierte que se está erosionando la capacidad de controlar nuestros pensamientos y de pensar de forma autónoma.

Vamos a ver: quiero recordar a este pensador, con quien no estoy del todo en desacuerdo, que el pensamiento ya lo teníamos erosionado desde la Revolución Industrial "más o menos"
¿Acaso ya no lo había advertido Carlos Marx? ¿O es que enajenación ahora es erosión?

Mucho antes de que existiera Internet, el ser humano, desde su afán por el progreso, momento en que comenzó a cargarse a su propio hábitat, la naturaleza, ya estaba actuando con la razón erosionada.
En Psicología de la masas, Freud también aseveró que el pensamiento autónomo se subordina al instinto gregario.

Que ahora la tecnología, también creada por nosotros, nos de acceso a comunicarnos planetariamente como en otros tiempos lo hacían las cartas de papel, no significa que nos estemos anulando. Son aspectos más graves de este urbano mundo los que nos anulan.
Buscar viejas amistades o conectarnos con la familia porque no vive cerca de nuestras casas; compartir nuestros afectos y momentos gratos, creo que más bien es una forma de comunicación necesaria y saludable; gesto que satisface nuestra individualidad o al menos la afirma como prueba vital, como señal de que seguimos vivos, palpitando. Más allá de nuestras cotidianas y primarias necesidades de subsistencia.

Ahora bien, que haya personas que cuelguen su vida privada y comenten su tela más íntima en la red, pues vale, cada cual con su automárketing.
En cuestión de afectos, de vida emocional, no veo posible interferir.

La Red Social, dicen en el artículo, ha reemplazado a la mensajería por móvil.
¿Por qué siempre aparece el costado económico de los asuntos?
¿Por qué ineludiblemente ponemos precio a todo cuanto hacemos?
¿Por qué atribula a los pensadores y representantes del poder (sea poder social, cultural, etc.) que actuemos de forma autónoma?

Porque yo observo eso: que en realidad estamos obrando de manera mucho más autónoma de lo que pareciera. Elegimos nosotros de qué y cuándo servirnos.
El problema es que cuanto más bajo sea el precio que pagamos, más alertamos al mercado.
Y cuanto más nos auto sirvamos de la máquina, tanto más nos alertarán y asustarán a través los medios de comunicación.

Ambigüedad eterna ambigüedad del hombre. Quiero lo que no controlo pero cuando lo controlo me asusto. Quiero agregarme al grupo pero cuando formo parte de él, lo critico y busco mi propia identidad.

Sería bueno releer al Freud más social, no al psicoanalista que tanto espanta al mundo moderno. No, me refiero al excelente escritor que era y al lúcido ensayista en cuestiones sociales.

Señor Carr: el hombre es un animal. Animal social. La red no es el inconveniente. La red es como las ramas de los árboles. Nos vamos pasando de una en una para relacionarnos. Solo eso.

En el mismo sentido, comentaban en mi programa preferido El Intermedio si acaso es verdad que Twitter y/u otro sistemas de chateo crean tanta adicción como el tabaco.
Es posible que unos se queden más tiempo que otros. Pero también les recuerdo que antes de las redes sociales y el chat, la gente ya se había hecho adicta a Internet.
Quien es permeable a las fijaciones, se enganchará a lo que sea. Quien controle sus tiempos y los equilibre, pues estará menos en el ordenador.

Recuerdo un artículo del año 1983 que me regaló una gran amiga ni bien me conoció y supo cómo pensaba yo. Se llamaba Hacia el ocio universal.
Intentaré encontrarlo y pasárselos desde aquí.
Vaticinaba hacia dónde nos dirigíamos con nuestras elecciones. Adelantaba que trabajaríamos menos horas, muchas menos y nos dedicaríamos más tiempo a entretenernos y cultivarnos.
Eso es lo que asusta ahora a los codiciosos.
Si por mí fuera, ya tendríamos que servirnos de robots que efectúen las tareas más nocivas para el esqueleto.

Buena pregunta para el finde ¿por qué todavía no nos hemos liberado del yugo físico?
¿Por qué no han puesto a la venta a los robots para que nos sirvan?

No quieren que pensemos.
¿Han visto la película Ágora de Amenábar?
¿Qué habría sido de nosotros si no hubieran existido los filósofos que intentaban explicar el mundo?

Tenían todo el día y la noche para pensar en pos de la evolución...

Que disfruten de un excelente fin de semana de placer y OCIO!!!.

1 comentario:

  1. Excelente!!! Nada más que agregar. Todo lo que pueda expresar sería una reiteración innecesaria! Nunca más de acuerdo! Daniel Izzo.

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