martes, 22 de febrero de 2011

¿Quién educa?

No olvido que dejé el análisis de Truman Show inconcluso. Tampoco que tengo que buscar ese artículo llamado Hacia el ocio universal.
Y rectifico un paréntesis que hice en el que hablo de civismo. Está relacionado con las comillas. Yo había escrito que no las ponía en el título de una asignatura por haberlo reglado la RAE. Pero no es correcto. Suprimió las comillas en palabras literales. Peor me lo ponen el asunto...
Aprovecho para recordar que los títulos de libros y cualquier otro va escrito en cursiva, cosa que aquí a veces no hago por inconvenientes del teclado.

Bien, dicho ello me atengo a relatar una vez más cuestiones de Educación. Hasta ahora escribí sobre detalles, no sobre problemas estructurales.
El título que ostento aquí en realidad corresponde a un ensayo que estuve escribiendo. Pero un profesor que tuve hace dos años me exclamó muy fervoroso que lo dejara; que el mundo estaba esperando mi novela.
Así que para no perder esas ideas, resolví que no estaría mal publicarlas en este espacio.

Comenzaré informando sobre el estado del currículo español actual. Repito que no es nada personal. Solo que vivo aquí y es justamente aquí desde donde nos reclaman que seamos ciudadanos avenidos al Estado Español. Vale, allí voy. Que se tome como una contribución.

No hay médicos. Comienzan a contratarlos del extranjero. Además de que carecen de estos profesionales en muchas de sus especialidades, debo remitirme a lo que hacen los jóvenes del s.XXI desde los 12 hasta los 15 o 16 años de edad:

Después de la Primaria ingresan a ESO (Educación Secundaria Obligatoria)
Lo primero que se encuentra en Literatura un chiquillo de 12 años es al Cid y cía. Literatura Medieval para un niño que nació con un movil en la mano y otros aparatitos teconológicamente avanzados. No contacta con el periódico ni lee libros de literatura universal. No los lee ni a menudo ni nunca. En general tienen un libro obligatorio al año del cual no hacen demasiados comentarios.
En 3º de ESO y por si les quedara alguna secuela impatria, vuelven a estudiar -de memoria casi siempre- toda la época medieval. Siguen sin contactar con el periódico. Tampoco escriben sus trabajos en ordenador.
¿Qué importa? ¿Qué más da?

En 4º tienen, para mi gusto profesional, el mejor programa de literatura. Van desde el Romanticismo hasta la actualidad. Pero ni idea de los planteos románticos. Tampoco llegan a ver Literatura de otros territorios. Tampoco y tampoco leen las novelas del siglo XIX para contextualizar ese movimiento.

Lengua. En esta parte sobreabunda la gramática aún cuando el nuevo programa del Ministerio (2007) expresa con claridad que esto solo debe ser enseñado de forma contextualizada. Es decir, dentro del texto y no fuera de él. O sea: futuros profesores de lengua no diseñéis una Unidad Didáctica que se llame Subordinadas. Es del todo inconsistente e innecesario además de no cumplir con ningún objetivo didáctico. Me explico más: las subordinadas abundan en cualquier texto; solo basta con señalarlas cuando LEAN y hacerles ventanas explicativas para su uso en la escritura. No vale de nada que las analicen porque no serán filólogos y sobre todo, analizando oraciones no se aprende a escribir nunca jamás. Aprovecho para recalcar que tampoco pongáis a estas pobres víctimas a conjugar de memoria ya que luego se expresarán empleando mal los tiempos verbales. Ponerlos directamente a corregir textos mal construidos sintácticamente con indebido uso de los verbos y con pobreza de vocabulario. Estarán encantados de corregir. Y aprenderán. Asimilarán palabras. La materia prima de la asignatura.

Además, en Lengua, se supone que al acabar la etapa obligatoria deberían ser escritores autónomos en cuanto a textos de opinión. Pues no. Le pones un folio en blanco y protegen a los árboles con todas sus garras. O con un único argumento oral: "no sé qué decir".

No saben qué decir porque no han leído casi nada en su corta existencia alfabetizada. No saben qué decir porque ignoran una columna editorial. No saben qué decir porque no practicaron escritura en 4 años. No dicen nada porque no debatieron en clase ningún asunto de actualidad.
Sigo con Lengua. En cuanto a herramientas, ni el movil ni los juegos de la compu le aportan un Diccionario de Sinónimos.
Más de 30 alumnos en 8 años me expresaron que jamás habían usado uno de esos.

Podría continuar con más ejemplos. Pero retomo la Medicina.

Al acabar la ESO, un porcentaje alto para tiempos modernos, deserta. Tira la toalla. No quiere saber nada. Sencillamente porque no sabe nada del mundo que lo rodea. Del mundo actual no del Quijote y su locura.
Los que no abandonan deben decidir antes de ingresar al Bachillerato la rama de especialidad; si Ciencias o Letras.
En los siguientes 2 cursos de bachiller deberán prepararse para el ingreso a la universidad. O, en otras palabras, deberán ajustar los 4 años anteriores. En lo que a mí concierne, harán una carrera contrareloj para aprender a escribir un buen comentario. Ya sea de un artículo periodístico, de un texto filosófico y/o de un documento histórico.
Siguen sin diccionario de sinónimos y sin traer el periódico al aula.
Suspenden las asignaturas de humanísticas la mayoría. Siguen sin tener responsabilidad en el asunto. Para mí visión, siguen siendo víctimas de un sistema esclerosado.
Los de Ciencias, también deben aprender a comentar un texto periodístico. Los futuros físicos, químicos y demás científicos están sujetos a un examen de Lengua y Literatura castellana obligatorio.
Por supuesto que para ingresar a tan ambiciosas carreras no podrán tener una media de 5 en Bachiller y mucho menos en el examen de ingreso. Mínimo 7.
Si hay suerte y esmero serán doctores en algo el día de mañana. Pero los datos confirman que no triunfan. Por ello hay que llamar a médicos de otros países. Y más triste todavía, los que no dan la talla se decantan por carreras menores que no tienen que ver con su vocación.

Más o menos así se presenta el mapa profesional. El examen de Selectividad (nombre que se la da al ingreso universitario) es, en realidad, una revisión de todo el sistema educativo previo. En ningún modo se trata de una evaluación con cuestiones directas a la futura profesión. El que eligió Derecho, tendría que responder a preguntas relativas a leyes y hacer una exposición oral con sólidos argumentos de defensa en un simulacro de juicio, por ejemplo. El abogado debe saber expresarse con sobrada soltura. Pero no existe ese examen como tampoco jamás dieron una evaluación oral.
Los de Medicina tienen que responder a preguntas sobre lo primero que se encontrarán en la facultad: anatomía del cuerpo humano. Si fuera posible, la prueba de ingreso debería realizarse en un hospital; más concretamente en la morgue. Allí, in-situ, resolverían más temprano que tarde su futuro acontecer profesional.

Si esto resultó pesado y extenso, omitirlo y contestar a las siguientes preguntas:

¿De qué sirve hacer un comentario de texto con 17 o 18 años, si no se dedicará jamás ni a periodista ni a humanista?
¿De qué sirve analizar un poema si no será literato?
¿Qué es eso y de repente lo del Registro Lingüístico y los Campos Semánticos si no serán lingüistas ni filólogos?

Si estos son temas que supuestamente ya fueron vistos y aprobados en una asignatura concreta de una etapa acabada.

En todo caso que realicen comprensión lectora de un texto de Biología o de Medio ambiente o de Geografía para los que irán por Turismo.

En definitiva, a los profesionales que pretenden serlo hay que chequearlos en el terreno donde serán responsables el resto de su vida.
Ya comprarán el periódico con su primer salario y se mancharán las manos de tinta (demasiado tarde para lágrimas) Y aunque hayan tomado innumerables sopas de Cervantes y la lengua que lo parió, si en otro país del globo le ofrecen mejores posibilidades, se irán. Sí, se irán como vienen otros.
Movimiento.
Andando.
Y dejad de reafirmar y reafirmar lo del castellano que ya os vale.
Dejad de someter a tortura lingüística a jóvenes brillantes como diamantes.
Que cuando quieran hablar, lo harán.
Y si se les da la gana, escribirán una carta a sus amigos desde el extranjero (una carta digital, claro)
Que el comentario, esto que yo hago aquí, no sirve para ninguna profesión futura. Solo es un entretenimiento.
Dejad de divagar y entrar en órbita que se queman las patatas y el arroz está pegado hace rato.
Que así sea. Amén.

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